martes, 12 de julio de 2016

La comida de los Dioses

Luego de la caída de los Cátaros, y el posterior posicionamiento del cristianismo como la religión reinante en la tierra, el culto a Guttgabaar se fué perdiendo y pocos nigromantes decidieron custodiarlo y alimentarlo mientras la purga cristiana estuviera activa.

La orden de Zukk, vigente desde tiempos inmemorables, junto a la orden del toro alado, se unieron durante un tiempo para sanar la depresión de Guttgabaar, quien producto del exterminio masivo de la alegre gente que lo adoraba y ofrendaba la carne de sus muertos, su alegría de vivir y permanecer en la tierra se iba apagando, y solo la esperanza de que su gente volvería a adorarlo en las próximas generaciones lo mantenía acostado, agobiado, triste, pero vivo.

Las pocas veces que hablaba tristemente, lo hacía con un nigromante de la orden del toro alado, cuyo nombre humano es Jean Pierre Lasserre. Guttgabaar, le contaba los viajes que hizo durante el periodo de las cruzadas y como se entretenía devorando templarios. Su carne era agria, así que decidió dejar de hacerlo.

Durante unos 4 años ningún "pagano" o nigromante se atrevió a llamarlo, y esto afectó mucho el ánimo de Guttgabaar, llegando un día a solo estirarse al lado de un río, y dejarse desaparecer.

Fue ahí cuando Jean Pierre Laserre lo encontró. Estaba casi muriendo, oscuro, sin fuego en sus ojos. Levantar sus trescientos kilos etéreos y sus casi dos metros ochenta de alto fue una tarea difícil, por lo cual el nigromante tuvo que levantar seis esqueletos guerreros y ochenta fantasmas condensados.

Lo llevaron a la cueva de la orden, el último reducto necromántico que aún se mantenía en pie, y lo empezaron a sanar. La orden del toro alado llevaba años buscándolo para poder sanarlo y protegerlo de los nefastos cristianos.

Jean Pierre, en su desesperación, decidió preparar un día un banquete gigante para ver si se animaba nuevamente. Este consistía en varios platos preparados por los altos cocineros de la orden. Entre medio de todo, también iban cadáveres de personas que no eran paganas, lo cual enojó a Guttgabaar. Hasta que sintió un olor que le llamó la atención. Jean Pierre, como acto de desahogo, se puso a meditar una receta que fuese atractiva a Guttgabaar. Y para poder pensar, prendió unas brasas, y hechó a la parrilla seis pollos, para alimentarse así mismo. El olor al pollo asándose en las brasas, el calor del carbón y el chichirrear de la grasa escurriendo por la parrilla, despertó la curiosidad de Guttgabaar, quien salió de la cueva y se sentó al lado de Jean Pierre. Sacó su kukri, su tenedor gigante, y pinchó uno de los pollos que ya estaba totalmente cocino y con una crocancia óptima, acompañado de un dorado perfecto.

Guttgabaar, se lo comió de un mordisco, sonrió y siguió con los demás pollos asados a las brasas.

Solo dejó uno, el cual partió y se lo comió junto a Jean Pierre Lasserre. Guttgabaar sonrió y le dijo a modo de chiste "gracias pollo nigromante"

Volvió a entrar a la cueva, probó algunos bocados que no eran de carne humana, y se fue a dormir nuevamente.

Después de ese día, Guttgabaar volvió a comer, y cada vez se ponía más animoso. El pollo asado se volvió la comida favorita de este Dios.

Con el paso de los años, Jean Pierre Lasserre fue envejeciendo, y próximo a su muerte, Guttgabaar no quería que muriera, así que como acto de amor real, le concedió una nueva vida, para que nunca más se alejara de él.

Lo transformó en un pollo, pero en un pollo nigromante.


Jean Pierre Lasserre fue bendecido por Guttgabaar y le dio un nuevo nombre.  Ahora, se llamaría "CURRYLEPOLLO", el gran nigromante pollo trascendido.



Currylepollo fundó la poderosa ORDEN DEL POLLO NIGROMANTE, conocida en los círculos mágicos como una de las más poderosas y extrañas, cuya arte y magia se manifiesta en la metamorfosis de las personas y las cosas y el encantamiento por medio de las comidas.



El gran Currylepollo pariendo un homúnculo humano


Emblema de la orden del pollo nigromante


Con el paso del tiempo, Guttgabaar, a modo de agradecimiento, le dictó una receta para prepararle comida directamente a los Dioses, tanto de la vida como de la muerte.

La receta fue recuperada por mi, y próximamente la publicaré



Endreskeghoul Kurr