Inanición

Lejos llega el mensaje de necrosunset, y pocos son los convocados. Menos son los que se atreven a mostrarnos su arte.

Sin embargo, en los extraños cruces de planos que se generan, un artista tetradimensional nos ha hecho entrega de un cuento, una fracción de su arte, una fracción de su ser.

El no quiere participar en el ascenso del endicrono, ya que al poder moverse en la cuarta dimensión, puede entrar y salir de esta figura geométrica que solo es posible en una novena dimensión.

En este plano podía ser considerado un mago, un maestro del arte o un loco o quizás todo esto junto. Se ha presentado a nuestra orden bajo el nombre de Sihr

La imagen del inicio de este post es de su autoría, y no puede ser replicado, ya que es una representación de un movimiento en la cuarta dimensión, llevado a un plano de dos dimensiones.

Les presento este hermoso relato llamado 

                          Inanición

“Innumerables veces he visto sus manos saliendo de entre la obscuridad de mis ojos.”

                             ***

La casa aún conservaba el típico aire colonial que habían dejado los eones del cosmos; como quien juega con una pelota una y mil veces… El viejo marco de la puerta estaba trizado, fue cuando Ángel, -el actual poseedor de esa vivienda- se acercó a repararlo, Julia, su hermana, que se encontraba en una de las habitaciones, tenia notables síntomas de un marcado insomnio, ya que desde hace un tiempo atrás venía sufriendo de tormentosas pesadillas a causa de una fuerte impresión que se había apoderado de ella por un suceso atroz en la casa de su difunta madrastra.

Era un Lunes, un día de canicular Sol que Julia decidió salir a visitar a su madrastra; el camino hacia aquel lugar solo gemía silencio… al llegar a la vivienda encontró abierta la puerta de entrada, este detalle le dio profunda sospecha, con sigilo ingresó a la sala, miró detenidamente a su alrededor y un estruendo que provenía del sótano rompió con la calma del sitio, Julia bajó de inmediato y observó a su hermano Ángel violentado el cuerpo muerto de la que fue su sustituta madre; el pánico se apoderó de ella hasta el punto de verse inmóvil. El lugar estaba iluminado por escasas velas que se iban marchitando, Ángel sostenía en su mano izquierda una daga de cuatro filos con la cual lentamente iba mutilando su brazo derecho, bebía su propia sangre mientras gritaba en el éxtasis palabras desconocidas llenas de ira, en el suelo se apreciaba un circulo dibujado con tierra negra y varios restos de figuras de porcelana destruidas, al sentirse satisfecho con su bestial rito lentamente se dirigió hacia el cuerpo estático de su hermana, acaricio el cabello de Julia con sus ensangrentados dedos… de su túnica negra saco un colgante plateado que tenía grabados signos extraños y solo un nombre legible <<BAAL>>, puso el colgante en el entrecejo de ella y después de esto Julia cayo inmediatamente desmayada, su hermano salió del lugar con la tranquilidad que merecía cualquier acto salvaje para no despertar sospecha alguna.

Después de varias horas, casi al anochecer, el cuerpo de Julia fue encontrado inconsciente en el mismo lugar por una amiga de su madrastra que iba a visitarla, ella al despertar no recordaba el extremo suceso que había presenciado, su mente se encontraba en estado de confusión y amnesia como si hubiese sido hipnotizada por un fuerte poder para que esos recuerdos queden bloqueados, el ambiente estaba totalmente transformado, la escena del rito había quedado ordenada, limpia, prácticamente sin huellas del hecho, los elementos de aquella ceremonia habían desaparecido…después de un momento volvió Ángel quien sabía todo lo ocurrido; se acercó a su hermana y la abrazó, pero no habló, su silencio era inmutable.

Extrañamente desde aquella noche del suceso Julia comenzó a sufrir de abruptos ataques de histeria, pesadillas y ocasionalmente de insomnio, tuvo que ser internada en un centro psiquiátrico.

Ángel había ocultado el cuerpo de su madrastra en la casa que habitaba, parcialmente la había decapitado siguiendo ciertas indicaciones que indicaba un antiguo ritual “sentineles” de poder. Él era un acérrimo adepto a las artes ocultas, desde su infancia comenzó a retirarse de todos los
canones comunes de la sociedad para aprender sobre culturas antiguas, hechicería pagana, magia ceremonial y muchas otras ciencias de lo desconocido, amante sublime del senderismo y las artes de combate en especial del ninjutsu.

Era la primera vez que se había decidido por realizar una fuerte ceremonia homicida, ya que la sangre en honor a sus deidades paganas iba a incentivar el acto para que su objetivo se cumpla a la velocidad de un rayo, decidio terminar con la vida de su madrastra ya que por ella su verdadera madre se había suicidado, el homicidio cometido fue un acto de negra venganza; él había jurado en la tumba de su progenitora destruir la vida y el alma de aquella miserable mujer, anteriormente Ángel solo había practicado ritos menores como profanaciones, mutilaciones ritualisticas y demás.

Julia había encontrado cierta calma una vez internada en el psiquiátrico, pero muy en su interior sabía que un fuerte apego a un macabro rito la tenía desconcertada, esto era algo que aún no podía resolver, ocasionalmente su hermano la iba a visitar para comprobar su estado de ánimo y su estabilidad física, con serenidad Julia había confesado a su hermano su decisión de jamás salir de aquel lugar hasta el final de su días; encerrada en la minimalista habitación de un desgastado lugar constantemente escuchaba en su cabeza la siguiente frase:

 “Innumerables veces he visto sus manos
saliendo de entre la obscuridad de mis ojos.”

En una de las tantas visitas que su hermano le hacía, Ángel en cierta ocasión llegó con una peculiar apariencia, sus ojos los tenia demacrados, su piel era pálida cual luna fúnebre, había adelgazado notablemente y su aspecto en el vestir era sumamente descuidado, de modo temeroso se acercó a su hermana para comentarle que por cuatro noches seguidas llevaba escuchando fuertes gritos de dolor en su casa, todo esto en la obscuridad de la noche que cubría su alcoba, también le converso que había comenzado a ser víctima de una incansable paranoia, estaba obsesionado con la figura de seres encapuchados que se acercaban para arrancarlo de la vida. Ángel no tomo en cuenta el axioma más importante de las artes mágicas: “Todo lo que hagas, regresará a ti más el peso de sus consecuencias”, Julia escuchaba detenidamente con admirable paciencia todas las palabras de su hermano, en su voz se notaba la tristeza, ella sabía de los herméticos estudios a los cuales su hermano se había entregado, pero jamás había interferido con su enseñanza… Ángel se despidió de Julia como si fuese la última vez que se hacía presente.

 
Después de aquella lúgubre vista Julia cayó en un terrible sueño, luego de dormir solo por dos horas despertó exaltada… al levantarse de su catre, de inusitada manera encontró el cuerpo de su hermano que estaba muerto a la orilla de su cuarto, en la parte superior de su cama observó un fémur muy deteriorado y en la parte inferior halló varios pétalos de rosas blancas ya marchitas.

.- Sihr

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.- Endreskeghoul Kurr