Hay un punto en el día donde pareciera que el mundo agoniza y convulsiona violentamente, entre los alaridos de la gente, y el asfixiante olor a humo proveniente de todas las direcciones posibles.
Ese momento del día dura entre media hora a cuarenta y cinco minutos.
Es el ocaso.
Es el momento donde el Sol ya no se ve en el horizonte, pero el cielo se ilumina de formas extrañas, hasta que finalmente llega la oscuridad de la noche.
Cuando el ocaso comienza, mi visión enloquece, viendo cómo toda la realidad se fragmenta y se vuelve pixelada, como sí de un juego se tratase. Los únicos colores posibles que percibo son tonos morados,grises y verdes. Hay otros colores que no puedo interpretar o describir.
El ocaso llega siempre, junto con la agonía del cuerpo cansado, para renacer como un fantasma cuando la noche llega.
El momento del ocaso abre caminos para entrar al mundo de los muertos y de los que pronto morirán. Tu mente trata de concentrarse en mantener la calma y esperar que este momento pase.
¿Quieres comprobar cómo afecta el ocaso muerto? Entonces presta atención al cielo cuando comience, presta atención a tus sensaciones cuando el Sol va muriendo y como tu mente se nubla en este periodo de tiempo.
El nombre de nuestra orden proviene de este efecto físico-mental que produce el ocaso, el ocaso muerto.
Si eres detallista, podrás ver espíritus saliendo del sueño diurno, levantándose desde la tierra húmeda hasta elevarse al cielo. Algunos te acompañaran por curiosidad.
También se manifiestan las mariposas negras, algunas veces, volarán sobre tu cabeza. Otras veces verás como se juntan y crean pequeños Vortex energéticos por donde entran vapores alargados, como si algo, desde el otro lado, enterrara sus apéndices en nuestra realidad.
Endreskeghoul Kurr