A petición de un de una persona que tenía relación cercana a una víctima de un trágico suceso, pidió que su testimonio sea escrito en esta nota para que no pueda ser olvidado por un largo tiempo. No daré datos de este personaje, ya que aún está envuelto en un conflicto donde el tendrá que morir, a juicio de nuestros dioses de la muerte.
Rafael programó una cita con Casandra un día viernes en la calle Avenida del Mar de La Serena a las 10:00 de la noche para mirar un rato las estrellas cerca del Faro e ir a beber a un bar cercano del lugar. Quien llegó a la hora es Casandra pero una hora después, Casandra decide caminar en dirección al sur, hasta que a lo lejos, escucha unos disparos, y ella busca un escondite entre los bares y locales que hay en esa avenida. Al terminar la balacera, Casandra decide ir al lugar donde se escuchaban los disparos, y encuentra el cuerpo de Rafael en el suelo con la cabeza partida y sus sesos hacia afuera. Nada se pudo hacer para salvarlo.
Al mes siguiente, ella y los familiares de Rafael hicieron una animita con cerámica, colocando al medio su foto y flores blancas como recuerdo del lugar donde falleció, sin encontrar aún los responsables de su muerte por parte de la fiscalía de La Serena.
Casandra, sin superar aún este evento traumático, sin ganas de comer, con ataques de ansiedad, dificultad para dormir, llanto en todas las noches, cortes en los brazos, pensamientos suicidas a pesar de estar medicada con Ravotril y terapias con Melatonina, decide escribir en un cuaderno, los recuerdos que ella tuvo con Rafael, con 8 meses que llevaba de relación. Lo que escribió fue:
"Nunca olvidaré ese primer beso que recibí de tí, en este mismo lugar donde me alejaron para siempre de ti. Mis días comenzaron a cambiar, mi mundo comenzó a cambiar".
"Tampoco olvidaré cuando empezamos a salir, desde el valle del Elqui en el observatorio para mirar las estrellas, el vitrineo de ropas de lana y dulces artesanales de la zona. Mas aún, las estrellas fugaces vistas desde el río, con sueños y deseos por delante juntos, cuyas estrellas fueron testigos de nuestras palabras".
"Aún recuerdo aquella vez cuando me llevaste a conocer un lugar alejado de aquí, como Pichilemu, una ciudad pequeña pero de grandes playas y humedales, con noches contigo a solas sin estorbo de nadie. Lo mas gracioso, fue cuando te alejaste mucho de la orilla del mar, y no escuchabas el silbido del salvavidas, hasta que te fue a buscar para que volvieras a la orilla, pero también llamó a la Armada Chilena para sacarte de la playa. Después nos fuimos a la playa de Infernillo para dejarte llevar por las olas".
"También recuerdo aquel día, que abandonaste a tus amigos, las personas con quienes te juntabas por mí. Ellos no tenían fe en nuestra relación, con comentarios de que no íbamos a durar, que terminaríamos separándonos,
"Esa vez que me ayudaste con mi estado de ánimo para salir adelante. Tuviste fe en mí de conseguir un trabajo como periodista en un canal de radio local, y salir de la cesantía que tenía por no poder ejercer mi carrera, pero no he podido asistir mas a trabajar después de que te perdí, trauma que no he superado desde que muerto te vi, quien hubiera pensado que literalmente fue así. ¡¡¡¡Maldita sean quienes te dispararon!!!!".
"Cada día sin tí es un vacío que no puedo llenar, una parte de mí se fue, mi mundo al que embelleciste solo quedan funestos momentos de dolor. aquella esperanza en el amor que recuperé, una bala disparada se lo llevó, quedando sólo momentos de de tristeza en una amarga agonía existencial para mí que aún me queda por cargar".
"Maldito sea Dios quien permitió el asesinato de mi Rafael, maldito sean sus santos ángeles a quien no hicieron nada por él, pues nada me asegura que esté descansando en tu reino, pues en ti la fe ya perdí, ya que en tus imágenes de misericordia manipulas las esperanzas de tus creyentes, y por mil veces más, maldito seas".
Casandra al terminar de escribir lo que recuerda de Rafael, se dirige a la animita. Enciende las velas, quema la hoja donde estaba escrito el texto, se queman las flores, la cruz posada en la parte superior se rompe, su foto cae en las llamas y todo termina consumido por el fuego de las velas. Al terminar de consumirse el fuego, Casandra vuelve a llorar diciendo que su vida ya no lo soporta más, saca una daga de su cartera y se corta la garganta con el filo, cayendo sobre la animita, mezclando su sangre con sus lágrimas.
Cuando el testigo cercano nos contó este hecho, confesó que los disparos ocurridos en la avenida, lo arregló con un conocido para fingir que este hecho fue un ajuste de cuentas contra Rafael, acusado ante un grupo de delincuentes como el que denunció a uno de los suyos en un acto de robo para que fuera encarcelado, y que dicho grupo tomaría venganza. Todo este acto para separar a Rafael de Casandra y así poder salir con ella. Confesó de lo hermosa que era, como si su piel fuera tallada por las diosas desde que Rafael se lo presentó. Este testigo fue uno de los mejores amigos de Rafael desde la universidad, y al estar enamorado, tenía solo 3 opciones a decidir:
1. Dejar a ambos y cortar relación con Rafael
2. Traicionar a Rafael y quitarle a Casandra
3. Soportar la tentación hasta fijarse en otra mujer
Como se puede observar, esta persona eligió la opción 2, pero como eran días de tristeza al no estar con ella, todo lo que pasó, no sólo fue como el no esperaba, perdió aquella oportunidad de salir con ella. Ante este acto, no moralmente no es correcto, pedimos a nuestros ghouls que se encarguen de quitarle los sentidos el gusto, tacto, olfato, la audición y la voz, devorándolos desde el plano de los muertos al plano humano, para que cuando tome una decisión, no perciba con sus sentidos mas que lo que pueda ver.
A la semana siguiente de haberle cortado los sentidos descritos, desde el piso 11 de su departamento, el testigo se arroja desde el balcón, estrellándose de cabeza contra el suelo, sin sentir dolor, mas que la culpa en su interior mezclada entre sus lágrimas, sus huesos quebrados y su sangre derramada.
Nin-Ryuku 忍龍空
